Indirectas

“Miren lo que puso mi ex novio en Facebook”, así empezó a decirnos una compañera del trabajo el otro día. “Puso que ya no le gusta la milanesa a caballo, o sea que piensa que tengo cara de caballo, no hay otra explicación”. Capaz si hay otra explicación, quizás antes le gustaba comer milanesa con huevos y papas fritas, pero ahora no más, le habrá subido el colesterol; le conteste.

“No, estoy segura de que es una indirecta para mí. Yo lo conozco y es así él”. Siguió diciendo esta chica claramente traumada. “si no explicame, a ver explicame porque se hizo fan del grupo q se llama: amo sacarme los zapatos al final del dia, justo ahora. Justo corta conmigo y pone que le encanta sacarse las cosas que lo oprimen de encima, te parece una coincidencia?”. No, pero yo también lo conozco, es buen pibe. Entendelo, el labura todos los días con zapatos, yo también y lo primero que quiero hacer cuando llego a mi casa es sacarme los zapatos. Pero la chica siguió en su cascaron cerrada, pensando que el mundo, facebook, y la mar en coche giran alrededor suyo.

Y yo me pregunto, todo gira alrededor de ella? Todo gira alrededor mío? Seré el epicentro del universo o es cuestión del punto de referencia que se tiene en cuenta? Y yo me respondo, no. No a alguna de las tres preguntas que hice antes, pero no se a cuál de las tres ni se la respuesta de las otras dos tampoco.

También me pregunto si de verdad hay gente que en Facebook se tome el tiempo para pensar que haciéndose fan (mejor dicho poniendo “me gusta” o “like”, porque no existe más la opción de hacerse fan) de algo, alguien más va a cruzarse justo con esta información de que tal persona se hizo fan de una cosa e interpretar una indirecta que esta persona quiso enviar indirectamente, valga la redundancia (Este párrafo carece de puntos y a su vez de capacidad de redacción, haciéndolo poco entendible para algunos).

Pero retomando la historia, tardamos varias horas en consolar a la pobre y esquizofrénica chica que seguía perseguida con todo lo que hacia el muchacho en cuestión en Facebook. No paraba de mirar las nuevas fotos que había subido, de quien se hacía amigo ahora que está soltero y también cuantos acentos ponía en cada frase que escribía. Hasta que finalmente pudimos convencerla que no todo estaba vinculado con la relación frustrada que habían tenido.

Los días pasaron, hasta que un dia me cruce con este muchacho y me dijo estas simples palabras.

“Che, vos seguís laburando con Rodolfa (cambio el nombre de la chica por motivos obvios)? Viste que nosotros cortamos… Espero que entienda todas las indirectas que le estoy mandando a la muy turra, cara de caballo…”

Claramente no voy a opinar más.