YO EN LA JUNGLA

Un blog sobre la vida en la selva urbana

4 meses en un día

29.8.10 - Publicado por NICO

El lunes 23 empecé el segundo cuatrimestre del corriente año en la facu. Y es siempre lo mismo, son las mismas caras, caminar los mismos pasillos, las mismas experiencias, todo eso durante 4 meses.

Pero esta vez fue distinto, muchas de esas experiencias infaltables de los 4 meses, me pasaron en tan solo un dia.

Me levanto temprano ese lunes, me cambio, desayuno, todo normal. Salgo de mi casa, y a una cuadra de la parada del bondi, veo que se me va uno. Pensé que no podía llegar tarde la primer clase, así q me puse a correr al colectivo, pero mi falta de estado físico hizo que lo pierda. Después de esto estuve 17 minutos esperando al próximo.

Llego a la facultad sabiendo que tenia números de las aulas anotados en un papelito, pero no sabía donde tenía ese papelito. Me pongo a pensar en donde lo había guardado hasta que logre acordarme. Lo tenía en la mesita de luz, y seguramente todavía este ahí, porque no lo lleve ese primer dia. Por suerte tarde poco en averiguar en qué aulas me tocaba cursar.

En lo que no tarde poco fue en encontrar la primer aula, la maldita 117 (ya el numero es feo). Resulta que este aula es un entrepiso arriba de un entrepiso. Corriendo por toda la facultad vi el vendito “cartel” (un 117 escrito con tiza en una pared) que me indicaba que tenia q subir por una escalera escondida.
La primer clase no fue tan rara, como siempre a la profesora le costó leer mi apellido, no una sino 2 veces (la segunda clase lo dijo un poco mejor pero igual erróneamente, vamos mejorando).

Salgo de la primer clase y paso por la oficina de “alumnos”, que para los que no la conocen es una oficina en la que trabajan empleadas de la facultad que se dedican a solucionar los problemas y contestar las dudas de los alumnos, pero a pesar de eso nunca me solucionaron un problema ni me contestaron ninguna duda en estos últimos 4 años. Ese lugar es como un agujero negro de la información, no te dan ninguna, sino que te absorben lo que ya sabias. 

Cuando salí de ahí me había olvidado de las otras aulas y de casualidad me acordaba mi nombre, lo que me sirvió para corregir al profesor de la clase siguiente cuando se equivoco tomando lista.

Pero el dia no termino ahí, seguí con la segunda clase y como la cerecita que se le pone arriba a las tortas, tuve la sutileza de trazar una hermosa línea con lapicera en mi jean recién lavado. Ah, no me creen? Como soy orgulloso de mi torpeza le saque una foto a esta obra de arte espontaneo que cree en medio de la case sobre el lienzo también llamado pantalón vaquero. Acá la tienen: 




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