YO EN LA JUNGLA

Un blog sobre la vida en la selva urbana

La última gota de shampoo

12.8.10 - Publicado por NICO

La vida es difícil, nadie te regala nada, tenes que trabajar para conseguir las cosas. Esas son algunas de las frases que me fueron diciendo a lo largo de mis casi 22 años. Pero a pesar de eso, todavía no pude entender porque es prácticamente imposible sacar la última gota de shampoo/champú del frasco/pomo/contenedor.

Se repite siempre la misma rutina. Uno se está bañando y viene todo normal, hasta que te toca lavarte la cabeza. Extendes el brazo y utilizas una fuerza superior para levantar una botellita plástica que esta claramente distante de llena. Acá es cuando el sufrimiento empieza.

Primero se sufre al darnos cuenta que solo queda una minúscula cantidad que no alcanzaría para lavar ni una rodilla. Pero sabemos que hay algo en el fondo, y tenemos que usarlo, hay que sacarlo de ahí de alguna manera. Todo se resolvería muchísimo más rápido si el ultimo en usar el shampoo lo hubiera dejado boca abajo, subsanándonos de realizar lo siguiente.

Empezamos con la táctica más común, la que tantas veces funciono con otras cosas, como el kétchup o la mostaza. La clásica “sacudida”. Movemos el brazo, sosteniendo el frasco en la mano, repetidamente hacia arriba y abajo. Pero por la textura del shampoo, esta tarea se dificulta, ya que este no quiere despedirse del fondo de la botellita. Neciamente seguimos sacudiendo el frasco. Acá viene un dilema: gracias al cielo que me estoy bañando, porque sacudiendo el shampoo estoy transpirando más que en el gimnasio.

Acá llega una luz de esperanza, cuando notas que el peso poco a poco se va trasladando hasta la parte de arriba de la botella. Es más, podemos notar como una gotita se muestra tímida por el orificio, pero vuelve a entrar, como si le dijeran: afuera hace frio, volvé y abrígate. Pero insistir es triunfar (o capaz no, pero acabo de inventar esta frase y le sienta bien al texto). Y seguimos insistiendo hasta que por lo menos 2 gotas salen de la botellita, pero esto no alcanza.

Me comentaron una vez de otra técnica que no tuve el gusto de poner en práctica pero la he bautizado: La rebajadita. Consiste en sacar la tapa dispensadora y echarle un poquito de agua adentro, sacudir hasta que todo se mezcle bien y ahí vamos a poder sacar más fácil lo que haya adentro. Lo dudo. Para mí cuando mezclas todo con agua, queda demasiado liquido y ni hace espuma. Habrá que probar.

Pero finalmente conseguimos lavarnos el cabello hasta quedar como la Klosterboer (o como sea que se escriba ese apellido que sería el horror de la maestra que toma lista). Salimos del baño relucientes, y procedemos a gritar: “MAMÁ, HAY QUE COMPRAR MÁS SHAMPOO”.  Pero egoístamente vos lo dejaste con la tapa para arriba para no ser el único que sufra con eso.

1 comentarios:

Denise dijo... @ 12 de agosto de 2010, 22:26

la tecnica de la rebajadita es bastante util pero tampoco hay qe abusar, puede ser usada una sola vez, obvio. y si, hace espuma:D

Denise

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